La historia de Ana: del sofá a su primer mes activo
Ana se sentía insegura y creyó que no aguantaría. Empezó con cinco minutos de marcha y movilidad. Terminó sonriendo porque, por primera vez, no buscó perfección, buscó presencia. ¿Te identificas con Ana? Cuéntanos cómo fue tu primer intento honesto.
La historia de Ana: del sofá a su primer mes activo
Anotó cada sesión en una libreta: fecha, duración y sensación. Ver progreso escrito la animó. Cuando tuvo un día pesado, hizo la mitad, y se celebró igual. La constancia amable venció al perfeccionismo. ¿Qué micro-hábito sumarás desde hoy?
La historia de Ana: del sofá a su primer mes activo
Tras cuatro semanas, Ana subía escaleras sin jadear y dormía mejor. No fue magia, fue paciencia: tres rutinas cortas por semana y caminatas suaves. Si la historia te inspira, suscríbete para recibir recordatorios y plantillas imprimibles como la de Ana.